Raquel Tibol Art Critic Mexico City, Mexico Propiedad cultural En México el problema de la propiedad cultural y del patrimonio nacional es un viejo problema debatido varias veces y que ha tenido a lo largo del tiempo distintas legislaciones. Desde hace más de un año está en las cámaras, tanto de diputados como de senadores, una propuesta para modificar la anterior propuesta legal que hubo, que fue de 1972. Mientras no haya una reunión internacional, podría ser auspiciada por la UNESCO, inclusive las Naciones Unidas [podrían] no sólo dar el respaldo a través de la UNESCO, sino un respaldo de carácter institucional legal. Ahora que tanto se habla de la globalización, hay leyes que deberían tener un carácter global en el terreno de la cultura. Es claro que en un país con tan enorme herencia cultural como México, es sumamente difícil que sólo el Estado pueda afrontar el cuidado de las zonas arqueológicas. No es cuestión de que la iniciativa privada entre a sacar dividendos de los tesoros nacionales, sino de que debe haber una concertación objetiva, muy bien planeada, con asesoría de especialistas nacionales. Cuando digo "nacionales," es porque a México, como a otros países con grandes riquezas, llegan los especialistas extranjeros y en sus maletas al salir se llevan verdaderos tesoros invaluables e insustituibles. Los especialistas nacionales, con su lógico amor por lo propio, deben asesorar estas incursiones de la iniciativa privada que por lo demás están casi siempre asociadas a capitales foráneos. Esto en la época del NAFTA evidentemente que no es algo raro, es algo común y corriente--pasa en los negocios y pasa en la cultura. Si hubiera un convenio internacional, no solamente se habría que recorrer en los Estados Unidos estas colecciones privadas y públicas, sino también en Berlín. En los museos de Viena, Austria, no sólo está el penacho de Moctezuma, hay piezas formidables. Esto habría que tratarlo a estas alturas con un concepto de cara al siglo XXI, de cara a un sentido más democratizador, menos hegemónico, de los países fuertes que adquirieron conciencia de lo que significan los bienes culturales. Un ejemplo de rescate Esto se ha visto en las zonas arqueológicas, donde se quiere instalar hoteles o restaurantes o negociaciones de diverso tipo. El caso más notable de rescate de una propuesta de este orden lo dió [el artista] Francisco Toledo con todo un grupo de artistas e intelectuales de Oaxaca, cuando se trató de convertir el antiguo Convento de Santo Domingo, uno de los conventos más grandes que se edificaron en México, anexo a la iglesia que está en uso, que no ha sido desvirtuada en su carácter de barroco popular, esa maravillosa iglesia de Santo Domingo de Oaxaca. El gobernador de ese momento quería convertirlo, para que se diera una concesión del sitio para hacer un hotel con un gran estacionamiento. La gran lucha, que libró el grupo encabezado por Toledo, convenció a las autoridades culturales para que se convirtiera eso en un gran centro cultural. Felizmente se ha hecho un rescate--restauración en parte, reedificación en otro. Hoy es el Gran Centro Cultural Santo Domingo. ¿Los indígenas y la propiedad cultural? En México no es frecuente que los grupos indígenas reclamen sus bienes. Sí ocurrió en 1964, cuando se iba a inaugurar el Museo Nacional de Antropología y se descubrió la enorme pieza que hoy se llama 'Tláloc," pero que es una deidad femenina del agua y de la tierra--esta que está afuera del Museo Nacional de Antropología. La comunidad de donde se extrajo esta enorme pieza, sí se resistió a que la piedra fuera sacada porque consideraba que era una pieza que les traía buena suerte en sus cultivos, en sus temporadas de cosecha, etcétera. Toda la pieza se trajo [al museo], y ahí está como un símbolo de la cultura prehispánica afuera del Museo de Antropología. A veces ha ocurrido algo similar a lo interno del país con piezas de menor tamaño. No tengo noticia de que indígenas o grupos de aborígenes mexicanos se hayan presentado frente a los museos de los Estados Unidos, sobre todo, donde hay tanto de obra prehispánica para reclamar. ¿Por qué no ocurre esto? Es porque el desarrollo cultural--en el sentido de información, ilustración, etcétera, de los grupos indígenas--no es, todavía, suficientemente moderno para no sólo resguardar sus tradiciones (sus leyes y costumbres) internas, sino también para reclamar aquello que ha sido sustraído de sus lugares. De modo que sobre esto habrá que esperar bastante tiempo, y dado que el gobierno mexicano ha tratado de resguardar sus bienes--cosa que no ha conseguido. Los zapatistas y el patrimonio cultural Ahora con el levantamiento zapatista, se ha vuelto a poner al orden del día, de una manera muy sensible, lo que son los patrimonios culturales o las propiedades culturales de los grupos étnicos. Los grupos étnicos no sólo han sido agredidos en la parte económica, en la parte humana, [en la parte] social, sino que han sido sumamente saqueados en sus propiedades culturales. Por ese lado, también hay un planteamiento, que se está poniendo al día, que debe ser revisado con profundidad a quien le corresponde beneficiarse de estos bienes culturales. Evidentemente el planteamiento corresponde beneficiarse a todo el pueblo mexicano y a quienes visitan México, pero [estar] bajo el control de quienes son sus herederos naturales. No se trata de hacer reservas. Yo no creo en que las reservas permitan resguardar los bienes culturales porque se anquilosan--quedan fuera del tiempo. Lo que importa es que los pueblos indígenas, la gente de propiedad primera, debe tener una vigilancia en el uso y evolución de este patrimonio cultural.